Encuadernación con tapas de plástico

Tapas y cubiertas de encuadernación fabricadas con plástico reciclable

La encuadernación de libros con tapa (o cubierta) de plástico, en comparación con la “tapa blanda” (rústica, flexibook … etc) tiene una ventaja y una desventaja: es mucho más resistente y es algo más costosa. Por eso, ya a priori, podemos avanzar que cuando sea importante la resistencia del libro, la cubierta de plástico es la mejor opción, y cuando no se necesite resistencia, la “tapa blanda” será una buena elección.

Ahora vamos a explicar todo esto con más detalle.

Ventajas e inconvenientes de la “tapa blanda”

La mayor parte de los libros que se producen en el mundo están encuadernados con una cubierta de cartón fino o cartulina, que se llama “tapa blanda”, por oposición a la encuadernación con cartón grueso y rígido, que se llama “tapa dura”.

Como la tapa blanda es la opción más económica, se emplea para todas las ediciones más asequibles, llamadas “libros de bolsillo”. Además, esa tapa es ligera y flexible, por lo que el libro es fácil de manejar, y por eso se emplea también mayoritariamente en los libros escolares, manuales, diccionarios de mano y en cualquier otro en que se requiera ligereza y flexibilidad.libro_deteriorado.jpg

El punto débil de la tapa blanda de cartulina es su poca resistencia: se rasga o araña fácilmente, cualquier doblez deja una marca permanente, y si se mancha no se puede limpiar porque cualquier humedad la daña seriamente. Todo esto no supone inconveniente para una novela, por ejemplo, que se lee una vez o unas pocas veces, pero sí que es un problema para los libros destinados a un uso intensivo, como los diccionarios, manuales de uso, vademécums, misales y también los libros de texto. Este inconveniente se mitiga un poco si la cartulina va plastificada por su cara exterior, pero con ello sólo conseguimos una protección que no es suficiente en la mayoría de los casos, y eso a costa de crear un impedimento para el reciclaje del libro.

¿Qué alternativas hay?

Para los libros de texto, que tienen un uso intensivo, pero durante solo unos meses, la mejor opción es protegerlos con un forro de plástico transparente, que evita muchos de los daños descritos y además se puede retirar fácilmente para el reciclaje.

Pero si se trata de un libro que debe tener un uso intensivo y continuado durante mucho tiempo, este sistema tampoco es suficiente, y, salvo que se trate de una edición de gran lujo, la única y mejor opción es la tapa de plástico, que es algo más costosa que la de cartulina, pero igual de flexible y, desde luego, mucho más resistente como vamos a explicar.

Por último, están las opciones de gran lujo: la piel regenerada, que aporta un gran acabado y excelente resistencia, pero a un coste al menos triple que la tapa de plástico, y finalmente la piel auténtica, el máximo de acabado y resistencia, pero con un coste nueve o diez veces superior.

La tapa flexible de plástico

De entre la multitud de materiales plásticos que existen, los dos más adecuados para una buena encuadernación, por su flexibilidad, tacto agradable, variedad de acabados superficiales, posibilidades de impresión etc. son el vinilo flexible (PVC-P) y el poliuretano (PU). Pero este último tiene algunos inconvenientes desde el punto de vista medioambiental que lo hacen desaconsejable, por lo que la mejor elección es el vinilo, que aparte de sus excelentes cualidades técnicas, es fácil y barato de reciclar y, con el reciente logro de materiales reciclados en ciclo cerrado¹, ha llegado a ser la opción más sostenible.

Características de la tapa de vinilo flexible

La analizamos en comparación con la tapa de cartulina:

-Impresión: ventaja para la cartulina. Teóricamente no hay diferencias en la impresión, pero en la práctica la tapa de plástico tiene algunas limitaciones. Cuando se imprime en offset o digital, como el plástico no absorbe la humedad, el secado es crítico, por lo que es obligatorio utilizar UVI (tintas de secado ultravioleta). Por esta misma razón, hay que tener en cuenta que la velocidad de las máquinas de impresión es algo menor en las tapas de plástico que en las de cartulina, lo que hace aumentar ligeramente el precio del producto final. Otra consecuencia es que los fondos de colores muy oscuros son poco recomendables en las cubiertas de plástico.

-Resistencia al desgarro: ventaja para el plástico, que tiene una resistencia incomparablemente mayor que la cartulina.

-Resistencia al marcado por doblez: ventaja para el plástico. Si se dobla una tapa de cartulina, queda una marca permanente y no recupera totalmente la forma ni la resistencia original. La tapa de plástico recupera muy pronto su estado anterior, sin que queden marcas.

-Encuadernación automática: ventaja para la cartulina. Las tapas de plástico se pueden colocar sobre los bloques de libro en las mismas máquinas automáticas que las de cartulina (Kolbus, Müller Martini …etc.), aunque hay que elegir bien las características del plástico empleado al hacer la tapa (especialmente el espesor, flexibilidad y tratamientos “anti-blocking”), para que los alimentadores de tapas de la máquina funcionen bien. En cualquier caso, la velocidad de la máquina es algo menor que con la cartulina, por lo que el precio del producto final aumenta ligeramente.Encuadernadora.jpg

-Flexibilidad: en este punto tan importante para la usabilidad del libro, no hay diferencia entre ambas técnicas, pues de la misma forma que en la cartulina se puede jugar con el gramaje, la “mano” etc. para conseguir el efecto deseado, en el plástico se juega con el espesor y el grado de flexibilidad.

-Resistencia a las manchas: ventaja para el plástico. La cartulina se daña muy seriamente con la humedad, por lo que cualquier mancha es permanente. El plástico no se altera en absoluto, aunque se moje, por lo que se puede limpiar con facilidad cualquier mancha y el libro queda como nuevo.

-Resistencia al desgaste y arañado: ventaja para el plástico. En cuanto al material en sí de la tapa, la resistencia es mucho mayor en el plástico, ya sea al arañazo o al desgaste por fricción. En cuanto a la impresión, depende de los casos, y podríamos hablar de un empate.

Conclusión final

La tapa o cubierta de plástico tiene la misma libertad de diseño que la de cartulina y es mucho más resistente ante cualquier ataque físico o desgaste, pero a costa de elevar el coste final del libro. Por estas razones, la tapa de cartulina es la mejor opción para los libros de un solo uso, pero para cualquier libro de uso continuado² es mejor elegir una tapa de plástico, que protege el libro mucho mejor y permite su uso intensivo durante mucho tiempo en perfectas condiciones.

Como siempre os animamos a escribirnos a i+d@tripleq.espara cualquier comentario o información adicional.

¹ Por ejemplo, los materiales de la marca cirQlar®.

² Diccionarios, libros de leyes, manuales de uso y otros libros de consulta, agendas, catálogos, misales, libros de salmos y otros libros religiosos etc.)

©Triple Q, S.L. 2023-10

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