La última Ley de Envases (Real Decreto 1055-2022), va a generar un gran impacto en las pequeñas empresas industriales, principalmente a causa de la RAP, la Responsabilidad Ampliada del Productor.
Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP)
La RAP establece que cualquier empresa que utilice cualquier tipo de envase o embalaje para suministrar sus artículos a sus clientes, es responsable de los residuos que generen luego esos envases, y por tanto se tiene que ocupar de ellos directa o indirectamente, de forma que asuma todos los costes que suponga la gestión de esos residuos.
La RAP ya existe desde hace bastantes años para los envases denominados “domésticos”, que se gestionan en España por medio Ecoembes (contenedores amarillos), Ecovidrio (contenedores verdes) etc.
Todas las empresas que ponen en el mercado productos en envases para uso doméstico, están adheridas a estos gestores a los que pagan una cuota anual para que se ocupen, mediante acuerdos con los ayuntamientos, plantas de residuos y recicladores, de gestionar la recogida, selección y tratamiento de los residuos generados por dichos envases.
Pero con la nueva Ley, la RAP se aplica ahora también a todos los demás envases: los comerciales y los industriales. Hasta la más pequeña microempresa que fabrique unos componentes para otra empresa mayor, tiene que responsabilizarse del palet y de las cajas de cartón que utiliza para enviárselos.
Para las pequeñas empresas industriales B2B, esto representa un importante quebradero de cabeza, pues deben encontrar una forma de cumplir con esta responsabilidad, y tiene que ser algo que esté al alcance de sus medios humanos, técnicos y económicos, que evidentemente son muy limitados.
Paso previo para cumplir con la RAP
Antes que nada, todas las empresas tienen que estar dadas de alta en el Registro de Productores de Producto del MITERD (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico). Esto afecta absolutamente a todas las empresas que utilicen cualquier tipo de envase para entregar sus productos y, además, el plazo de inscripción terminó hace meses, o sea que la empresa que aún no esté inscrita, ya tiene su primer problema.
Una vez inscritas, las empresas están obligadas a presentar anualmente una declaración, detallando los envases que han puesto en el mercado en el año anterior, y la forma en que han cumplido con su RAP. Durante el pasado año ya debieron quedar presentadas las declaraciones correspondientes a los envases puestos en el mercado en 2021 y 2022, y ahora tenemos hasta el 31 de marzo para presentar la declaración de 2023.
Formas de cumplir con la RAP
Existen básicamente dos formas de hacerlo: mediante un SIRAP, o por medio de un SCRAP. Describimos ambos sistemas a continuación.
Los SIRAP
SIRAP son las siglas de Sistema Individual de Responsabilidad Ampliada del Productor. Como su nombre indica, en un SIRAP la empresa se ocupa directamente de recoger los residuos de sus envases y embalajes en “casa” de sus clientes y de gestionar su reutilización, reciclaje o valorización. Es por tanto un sistema privado o cerrado en el que la empresa asume toda la responsabilidad, gestionando directamente la recogida, logística inversa, revisión, selección y tratamiento de los residuos.
Para una pequeña empresa, salvo casos muy específicos, es un sistema imposible de asumir, tanto por su complejidad como por su coste, especialmente si los clientes están dispersos geográficamente.
Los SCRAP
Un SCRAP (Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor) implica que la empresa se une a un sistema colectivo que unifica la gestión de los residuos de envases y embalajes de muchos productores. De esta forma, la empresa presenta al SCRAP declaraciones de los envases que pone en el mercado (deben coincidir con las presentadas ante el MITERD) y paga al SCRAP la cuota que éste establezca para que se ocupe del resto.
El SCRAP por su parte se tiene que ocupar gestionar la RAP de todas sus empresas adheridas, lo que hace principalmente por medio de acuerdos:
- con los ayuntamientos, para que recojan los residuos y los entreguen en las plantas de selección y tratamiento,
- con las plantas, para que revisen los residuos y separen correctamente cada material y cada destino (reutilización, reciclaje, valorización o vertedero)
- con gestores de residuos, especializados en cada material, para que traten de la forma adecuada cada uno de ellos y lo conviertan a ser posible en material valorizado, en su defecto en energía y solo en último caso, en restos no valorizables destinado a vertedero
Para financiar los costes de todo esto, el SCRAP tiene 2 fuentes de ingresos: la venta de los materiales valorizados y las cuotas pagadas por las empresas adheridas.
Para las “pymes”, la adhesión a un SCRAP es por regla general la única opción posible: no solo porque les simplifica enormemente la gestión y los costes son más asequibles, sino porque en la mayoría de los casos es simplemente imposible para una empresa pequeña cumplir con su RAP de una forma individual.
Proceso para Unirse a un SCRAP
- 1.Identificación del SCRAP Adecuado
Generalmente, la mejor opción es integrarse en un SCRAP sectorial. En caso de encontrar varias opciones, la empresa debe investigar y seleccionar el SCRAP que se ajuste mejor a sus necesidades y a las peculiaridades de su producto y sus envases.
- 2.Adhesión al SCRAP
Para unirse a un SCRAP, hay que firmar un contrato o carta de adhesión y pagar una cuota fija anual, que depende normalmente del tamaño de la empresa y es independiente de la asociada a la declaración de envases. Esta cuota da derecho a servicios de información, asesoramiento etc.
- 3.Declaración de Envases y Embalajes
La empresa debe presentar anualmente declaraciones precisas al SCRAP, detallando la cantidad y tipo de envases y embalajes que ha puesto en el mercado. La cuota anual a pagar, derivada de esta declaración, no solo depende de la cantidad de envases declarados (unidades y/o peso), sino también del material (cartón, metal, plástico, vidrio, etc), porcentaje de reciclado, vida útil estimada etc.
Conclusiones
Para la mayoría de las pymes, unirse a un SCRAP es la única opción viable, ya que crear un SIRAP o está fuera de su alcance o no es económicamente rentable.
Al adherirse a un SCRAP, no solo cumplen con la Responsabilidad Ampliada del Productor de manera efectiva, sino que también se benefician de una gestión de residuos más eficiente y compartida, participando además en una gestión sostenible de envases y embalajes.
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